El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salmán, continúa atesorando acciones en empresas multinacionales con su adquisición del 9,9% en Telefónica ayer a través del STC Group, el principal grupo de telecomunicaciones del país del Golfo. El reino árabe lleva desde 2015 invirtiendo en marcas de renombre internacional a través de su Fondo Saudí de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés), un superfondo que ejerce el control en última instancia del STC Group como propietario del 64% de los acciones y que ha atraído más de un titular gracias a su irrupción en empresas como Uber, Softbank o Nintendo y en el fútbol de elite, como propietaria del Newcastle United y como responsable de los fichajes estelares de futbolistas para la liga local.
El PIF, valorado en 708.000 millones de euros, fue fundado en los años setenta, pero ha acelerado en los últimos años su presencia internacional y, muy particularmente, desde el año 2022 gracias a los beneficios extraordinarios generados por el petróleo en plena crisis energética. El fondo, de hecho, tiene como objetivo fundacional diversificar una economía como la saudí masivamente dependiente del petróleo, con la mirada puesta no solo en su esfera de influencia directa en el golfo, sino también en el mundo deportivo y en las grandes firmas internacionales.
Otro ejemplo de usar la potencia local para crecer fuera es que el fondo ha empezado a reducir sus participaciones en bancos del sector saudí como el Banco Nacional Saudí para dar paso a megaproyectos e inversiones extranjeras que atraigan turismo y nuevas industrias al país. Entre ellos, destaca NEOM, una ciudad super-futurista que costará alrededor de 466.000 millones de euros y se construirá a lo largo de su costa del mar Rojo.
Más allá de sus fronteras geográficas, el PIF suma en estos momentos en su cartera a más de 12 empresas, bancos, otros fondos intermedios o empresas como Uber, Softbank Group, Blackstone y dos gigantes del mundo de videojuegos, Electronic Arts (EA) y Blizzard. En 2018 invirtieron en el fabricante automovilístico de lujo, Lucid Motors, con fábricas de coches eléctricos en el país.
¿Cómo se financia el PIF?
El fondo se nutre directamente de los activos e inyecciones de capital del Estado así como de préstamos e instrumentos de deuda, entre los que destacan las aportaciones de Saudi Aramco. Sin ir muy lejos, el gobierno del reino de Arabia Saudí destinó el año pasado otro 4% más de las acciones de su petrolera saudí, valoradas en unos 74.000 millones de euros, a su fondo el pasado abril.
El máximo responsable ejecutivo de la Aramco, Yasir Al-Rumayyan, maneja el día a día del fondo y ha apostado por el mundo deportivo masivamente, siguiendo los pasos de otros emiratos. El caso más reciente ha sido la fusión de LIV Golf y el PGA Tour el pasado junio, después de impulsar durante años un circuito alternativo para profesionales de golf a golpe de talonario y obligar a la PGA tradicional a llegar a un acuerdo.
Los activos del PIF también incluyen al equipo de la Liga Premier del Newcastle United, adquirido por 386 millones de euros en 2021. El emirato también ha metido el pie en su propia liga, la Liga Pro Saudí, y controla cuatro equipos clave: Al-Nassr, el nuevo club de Ronaldo, Al-Ittihad, Al-Ahli y Al-Hilal. Al-Rumayyan es clave en la estrategia del príncipe heredero para expandir el negocio saudí al panorama internacional. Todos ellos han sido protagonistas activos este verano en el desembarco de jugadores internacionales de primer nivel en la competición doméstica.
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